jueves, marzo 03, 2011

Un halo de luz

Cuando conocemos a ciertas personas y permitimos que entren en nuestra vida, desconocemos por completo cual será la profundidad a la cual llegarán en nosotros. Es curioso, porque quizás sea el momento oportuno, un rayo de luz  que nos aclara la oscuridad, un ángel que se nos acerca y nos ayuda a guiar nuestras vidas en momentos díficiles, simplemente ofreciéndonos sus oídos y cariño desmedido y desinteresado.
Durante miles de minutos a lo largo de nuestras vidas, el ser humano es sensible a esa afecto, lo podría tildar de ñoñería, pero es simplemente la ternura de nuestro corazón. Toda persona es vulnerable al amor, porque es un estado donde compartir cada minuto, cada sonrisa, y es en mi humilde opinión, la forma más bella de escribir la historia de nuestras vidas.
Hoy vivo sumergido en una especie de fantasía, un sueño que invita a la lucha, una mano que se tiende y te guía a dar un paseo por la felicidad que ansiamos sea sin retorno. Procuro disfrutar de cada momento, encuentro una calma que llegué a creer inalcanzable, cada palabra es un suspiro alentador en mi alma, un simple buenos días ya es una sonrisa que me llena de alegría y sentimiento hasta que me encuentro en la noche con mis sueños. La nocturnidad la convierte en un hada, un angel de la guarda que cuida de tí mientras descansas.
Es el más bello acontecimiento que aspiramos, el deseo de la eternidad, pero que a veces nos traiciona y nos muestra las sombras de la temeridad, el temor al fracaso y al dolor.
Cuando sufrimos, es buena señal porque estamos vivos, y el amor es un estado en el cual si una persona sufre, es porque siente, y si siente está enamorado.
Posiblemente cuando empecé a escribir esta nota, no tenía fín, no veía conclusión, ahora sí. Si tienes miedo, compártelo con esa persona, si estas contento, compártelo, eso es lo que nos hace grandes, la fuerza magna del verdadero amor. Ahora sé lo que tengo que hacer , Darte la mano y seguir caminando hacia la eternidad.

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